Mikhail Ivanocivh Glinka fue un compositor ruso del s. XIX, considerado como el padre del nacionalismo musical ruso.
Nacido en Novospasskoye en el seno de una famiia con gran tradición y lealtad hacia los Zares y con un gran interés por la cultura. No fue hasta los 10 años que empezó a escuchar música orquestal de Haydn, Mozart y Beethoven. Y empezó a recibir clases de piano y violín.
A los 13 años, se trasladó a St Petersburgo, a estudiar en una escuela de la nobleza. Allí pudo incrementar su expericencia musical, siguió con sus estudios de piano y empezó composición.
En 1830, se mudó a Italia, por recomendación de un médico, ya que tenía algunos problemas de salud. Se estableció en Milán y volvió a estudiar, esta vez en el conservatorio de Milán, con Francesco Basili. Pero tenía la necesidad de volver a Rusia, componer a la manera rusa y hacer por la música rusa lo que habían hecho Donizetti o Bellini por la italiana.
Glinka fue el primer compositor ruso en ser reconocido fuera de su propio país, su trabajo generó una gran influencia sobre los siguientes compositores de su país, de ahí que se le considere el “padre” de la música rusa.
Durante sus viajes, visitó España, donde pudo conocerla música popular de este país. Acabó usando la jota en su obra “La jota aragonesa”. Por otra parte, “Recuerdos de Castilla” y “Recuerdo de una noche de verano en Madrid” son parte de su música orquestal.
Podemos destacar las óperas “Una vida por el Zar”, la primera ópera nacionalista rusa, ”Ruslán y Liudmila”, con libreto de Aleksandr Pushkin,y de la que se interpreta su obertura regularmente.